In Barbastro, Foro B21, General

La realidad y el deseo

7 de Mayo de 2.019

Por Joaquin Puyuelo Morillo miembro del Foro B21

Supongo que no muchas personas habrían visto antes el plano adjunto a este texto a pesar de estar públicamente disponible en la web del Ayuntamiento de Barbastro. Se trata de un plano sacado de la modificación nº37 del PGOU en el Área 12 de “Las Claras”, aprobada en un pleno un 27 de mayo de 2004.

En la Memoria acompañada en la mencionada modificación del PGOU se enumeran las obras coloreadas en el plano. En primer lugar, se describe la apertura de un nuevo vial de 4,5 metros entre las calles Pablo Sahún y la calle Saso y Saurina. Esta calle se proyecta como la continuación longitudinal de la calle Val, también de nueva ejecución, con el objetivo de mejorar de manera sustancial la accesibilidad a la futura oficina Delegada del Gobierno de Aragón.

En segundo lugar se proyecta la ampliación hasta los 5 metros de anchura de la angosta calle Añisclo; y en último lugar se prevé la creación de una nueva plaza pública entre la calle Conde y la calle Saso y Saurina.

La nueva plaza en el corazón de este sector, la actual Plaza de la Primicia, es el único proyecto realizado de las obras anteriormente mencionadas, ya que al acoger la Oficina Delegada del Gobierno de Aragón, su realización vino obligada y su ejecución fue rápida. Así, el 15 de enero de 2007 era inaugurada por Jose Angel Biel, por aquel entonces vicepresidente del Gobierno de Aragón.

A principios del año 2007, meses previos a las elecciones municipales, parecía que los planes municipales de actuación en la zona avanzaban a buen paso. En la nota de prensa publicada aquel día, y todavía disponible en internet, todo eran parabienes:

«Revitalización urbana»

«El edificio de la Oficina Delegada del Gobierno de Aragón en Barbastro está ubicado en el corazón del antiguo barrio de San Hipólito, en pleno casco histórico de la ciudad. La edificación de esta oficina ha llevado consigo una reforma integral de una de las zonas más degradadas de este barrio. El Ayuntamiento compró varios solares, edificios y casas en ruinas de este sector para derruirlos y construir una gran plaza, con arbolado y elemento urbano. Bajo ella se ha construido un parking subterráneo para 42 plazas, así como 18 más, debajo de la oficina delegada. El Ayuntamiento va a seguir actuando en la zona, según precisó el alcalde Antonio Cosculluela, ampliando las calles para permitir el fácil acceso de vehículos y peatones» (www.aragondigital.es 15/1/2007)

La realidad ha sido muy distinta. Actualmente, doce años después de las promesas de la inauguración, no se ha hecho nada de lo prometido en la zona. Y no será porque el alcalde haya cambiado varias veces en ese período y fruto de esos vaivenes políticos, propios de una democracia, los planes se quedaran en el cajón a causa de las rencillas o las luchas partisanas. Nada de eso. El mismo responsable que prometía seguir actuando en la zona, ha sido el que ha dejado estos años de actuar en la zona.

Mientras tanto, la angosta calle Añisclo de la que se proyectaba su ensanche, no ha sido ensanchada. En su lugar, las casas en estado ruinoso obligaron en marzo de 2018 a poner vallas para impedir que la gente circulara por ella por el riesgo de derrumbe de una casa. Una situación que era inédita en Barbastro, hasta ahora, cuando una casa se acaba de derrumbar súbitamente en la Avenida del Ejército Español aplastando afortunadamente sólo coches. Cuando la calle Añisclo fue cortada hace catorce meses, informó el Ayuntamiento por boca de su concejal de urbanismo que se iba a tomar una decisión rápida sobre su futuro, y que en una semana se sabría si o bien se procedía a la demolición parcial del inmueble; o bien al derribo completo de la casa; o bien a solucionar la parte afectada. A día de hoy la calle sigue vallada, cerrada al paso de personas, y a la espera de esa decisión.

Por su parte, la calle de nueva apertura proyectada entre la calle Pablo Sahún y la calle Saso y Saurina, no se ha iniciado. Si bien es cierto que ha podido haber algún obstáculo con la adquisición de alguna casa a derribar, esto no es tampoco nada extraordinario en este tipo de proyectos, en los que ya se cuenta desde el principio con una previsión de realizar expropiaciones forzosas. En la Ronda Norte se han realizado recientemente expropiaciones para su construcción. Lo extraordinario de este caso, si algo es resaltable, es su demora.

Respecto de la proyectada calle del Val, sigue siendo un callejón entre ruinas lo que según el proyecto del Ayuntamiento debería ser una calle.

Dice la “teoría de las ventanas rotas” que si en un edificio aparece una ventana rota y no se arregla pronto, inmediatamente el resto de ventanas acaban siendo destrozadas por los vándalos. ¿Por qué? Porque la ventana rota envía un mensaje: aquí no hay nadie que cuide de esto. Por eso un barrio sucio y ruinoso, que constituye en sí mismo una enorme ventana rota, es una invitación a actos vandálicos y conductas incívicas. Y máxime cuando el Ayuntamiento, en una muy particular versión del “laissez faire”, no hace nada por solucionar los problemas de convivencia que azotan la zona.

También, cabe pensar que la edificación de los solares vacíos por los propietarios privados ayudaría a mejorar el barrio. Pero, en estos casos, como ya hemos comentado en otros artículos desde el Foro B21, la experiencia dice que la iniciativa privada suele ir a remolque de la iniciativa pública, y que no hay mucha gente dispuesta a arriesgar su dinero en un sitio a priori muy degradado.

Escribía Zygmunt Bauman que un rasgo de la mentalidad moderna es la idea de que el mundo puede cambiarse. La modernidad en ese sentido es un rechazo al mundo tal como se conoce hasta ese momento y la decidida resolución de cambiarlo. Los ciudadanos de Barbastro tienen que adoptar una mentalidad moderna y pensar muy decididamente si quieren cambiar las cosas, como primer requisito para poder cambiarlas, de lo contrario, ya lo sabemos, nunca es tarde para no hacer nada.

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