In Aragón, Barbastro, Foro B21

En los artículos anteriores hemos trazado unas premisas y obtenido unas conclusiones que profundizan, en un sentido teórico, en la idea del Área Económica del Cinca (AEC). Entre las expuestas: la numerosa población vinculada entre nuestras ciudades por motivos laborales, la ausencia de neutralidad económica de la actividad empresarial, la escasa eficacia de la política de desarrollo y un breve apunte sobre la despoblación en nuestras comarcas.

Como ya hemos descrito la integración de una ciudad en un área económica multiplica las oportunidades para las empresas y los ciudadanos. Este resultado se produce a costa de limitar la capacidad de diseñar, de forma integral y autónoma, la política de desarrollo que, hasta ese momento, ha ofrecido cada una de las diferentes administraciones por separado. En todos los ejemplos analizados los réditos de la integración económica compensan las competencias cedidas y los costes asociados de coordinación entre los participantes. Generalmente, las normas de funcionamiento y de promoción.

La delegación de una política, en nuestro caso facetas importantes del desarrollo de la ciudad, es tanto más efectiva cuánto más beneficios se obtengan de la colaboración y -esto es importante- más cohesión se genere en un territorio. Entre los beneficios de la coordinación un incremento de la riqueza local por obra de las economías de escala*; entre los de la cohesión, una mayor capilaridad social entre nuestras localidades. O dicho de otra manera: una mayor área urbana compuesta, a su vez, de ciudades interconectadas e interdependientes.

Si llevamos estas reflexiones a nuestro territorio tendremos que dar respuesta a las siguientes cuestiones:

1. Las dificultades que entraña la colaboración entre administraciones políticas que operan en un mismo espacio económico. Recordemos que en nuestro ámbito interactúan: municipios, comarcas, agencias de desarrollo y, al margen de las propiamente políticas, las asociaciones empresariales. Esta dispersión de instituciones y de objetivos entorpece y diluye el alcance de las iniciativas que son necesarias para desarrollar nuestro territorio.

2. Cuáles son las áreas de colaboración preferente entre las localidades del AEC y cuáles quedan al margen y se ejercer de forma exclusiva. En una aproximación económica este límite estará establecido por el tamaño la empresa y su grado de apertura al exterior**. En este sentido, serán las competencias en industria las más adecuadas para coordinarse conjuntamente. Al contrario, el comercio o el turismo, por su imbricación local y escaso grado de apertura, quedarían como competencias propias.

3. Como coordinar los recursos económicos que por proximidad compartimos. Un par de ejemplos: a) en materia laboral, una política de formación que abarque la totalidad de los municipios del área y a la que puedan acceder el conjunto de sus trabajadores. b) una zonificación del suelo que oriente a las empresas para una óptima ubicación en el AEC. Esto es, delimitar con criterios objetivos donde localizar las empresas interesadas en crecer o implantarse en nuestra zona, por ejemplo, empresas químicas, logísticas, agroalimentarias, etc. y que, por sus características, pueden ocasionar afecciones a otros usos económicos o ambientales existentes.

4. Como damos una respuesta política a aquellas cuestiones que implican al conjunto del AEC. Me estoy refiriendo a la defensa de aquellas infraestructuras y servicios públicos que se emplazan en nuestro territorio y que son vitales para su desarrollo económico y social. El hospital o el ferrocarril son ejemplos cuya protección y realce debería correr a cargo de una voz única y potente que englobará a todas las ciudades.

5. Como resolver las resistencias políticas al AEC provenientes de los organismos locales y, seguramente, de instituciones ajenas a nuestro territorio. Lógicamente, la coordinación obliga a las partes y si cedemos competencias hacia arriba (cooperación supralocal) las debemos quitar de abajo (administración municipal) si no queremos caer en la ineficiencia y el despilfarro.

Todo lo expuesto en estos tres artículos tiene como finalidad adaptar nuestras ciudades y pueblos a los desafíos que impone el mundo contemporáneo. Una partida en juego que podemos ganar si superamos, mediante la cooperación, los marcos institucionales (y mentales) que, hasta el momento, hemos vivido.

* Economías de escala se producen en aquellas situaciones de incremento de la producción y disminución de costes. Son propias de economías con cierto tamaño.

** El grado de apertura de una empresa se define en virtud a su actividad con el mercado exterior.

Publicado en El Cruzado Aragonés del 16 de Agosto de 2.019

por Eduardo Perez Barrau, miembro del Foro B21

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