BUENOS PROPÓSITOS Y ALGUNA SOLUCIÓN PARA ESTIMULAR Y RETENER EL TALENTO EN BARBASTRO (3 PARTE)
Por Eduardo Pérez Barrau, miembro del Foro B21
La verdad es que no existen soluciones mágicas para corregir la situación de pérdida de talento y de población joven en nuestra ciudad. El gobierno de Aragón, pongo por caso, no va a trabajar para que en nuestra ciudad se instale un Amazon o una empresa tecnológica equivalente. A duras penas es capaz de desarrollar las inversiones comprometidas con este territorio. Tampoco desde el gobierno central se puede esperar un gran despliegue presupuestario en infraestructuras y dotaciones públicas. Otros territorios con más urgencias y peso político copan la agenda de nuestros partidos políticos. No hay loterías políticas a la vista en forma, y sigo con el ejemplo de Huesca, de un nuevo cuartel militar o de una inversión pública equivalente. Tampoco se vislumbran desarrollos legislativos que favorezcan la actividad económica en el medio rural en detrimento de la gran ciudad. Desgraciadamente, a día de hoy, no hay ninguna baza política para el desarrollo de nuestra ciudad… salvo las que, desde aquí, se puedan promover.
Las tres primeras causas de la fuga de talento que contemplábamos en el artículo anterior: la ausencia de empresas en sectores punteros de la economía, la inexistencia de carrera profesional y los bajos salarios se solucionan con un mejor y más competitivo sector empresarial. Tan fácil y tan difícil.
Ganar confianza es sinónimo de inversión. Si los empresarios de la zona confían en la ciudad y en sus potencialidades llegarán los capitales. De entre estas empresas algunas alcanzarán el liderazgo en sus respectivos mercados. Otras se quedarán en el camino. Y unas pocas lograrán ser líderes en su campo. Estas empresas excelentes serán capaces a retener el talento autóctono y atraerlo de fuera al ofrecer salario, carrera y proyecto.
Restituir la autoestima. Se desea lo que no se tiene. Esto puede ser válido para muchos jóvenes residentes del medio rural pero opera, también, en sentido contrario. Muchos habitantes de las grandes ciudades, aunque sólo sean en una reducida proporción, valorarían un cambio en sus vidas, a nivel personal y profesional. Un Barbastro que ofrece seguridad, habitabilidad, servicios y cultura, ello envuelto en una mayor belleza urbanística, puede ser destino para estas personas.
El desconocimiento del tejido empresarial era otra de las causas expuestas con anterioridad. Esta situación se puede corregir, simplemente, con una implicación mayor de la sociedad civil. Una feria de empleo, visitas a empresas de los estudiantes, una mayor presencia en los medios de comunicación de noticias económicas, prácticas de empresa, etc, son medidas más que factibles para dar a conocer las oportunidades laborales del territorio.
En cuanto a la gestión del talento local hay que ser necesariamente audaz. En este aspecto nuestra universidad, la UNED de Barbastro, debe jugar un papel esencial. A la excelente labor en el plano académico y cultural debe añadir la faceta investigadora e impulsora del desarrollo local. Orientar al alumnado y al claustro hacia el análisis y la resolución de los desafíos del mundo contemporáneo debería ser la obligación de toda universidad. En nuestro ámbito este desafío pasa por dar soluciones a los problemas del mundo rural. En definitiva, y aunque parezca un oxímoron, se debería apostar por una innovadora «universidad de la proximidad».
Por último. En ausencia de modelo alternativo el presente se escribe con nombre de ciudad. Las ciudades han conseguido su actual estatus no porque tengan mucho de algo si no porque tienen algo de todo. En este sentido, tan estratégico es, por ejemplo, el vino, el tomate o el aceite como la informática, la robótica o el diseño. Los primeros porque están, los segundos porque tienen que estar. La notoriedad y el apoyo públicos se debe reflejar, también, en los sectores de la nueva economía.
Como anotaba al principio del artículo, no hay soluciones mágicas para limitar la pérdida de talento y de población joven. Depende de todos, cada uno desde su responsabilidad, crear un marco atractivo para estimular el talento y el desarrollo de la ciudad. El debate está servido.