DEL MARKETING POLÍTICO

DEL MARKETING POLÍTICO

Una reflexión sobre las inversiones que se activarán en nuestra ciudad en periodo electoral.

No se puede vender como un éxito político aquello que nos iguala como ciudadanos en condiciones de vida o en desarrollo económico con el resto de las poblaciones. Proveer – o anunciar- una infraestructura que otras ciudades disfrutan en condiciones de normalidad es un ejercicio de escaparatismo político. En esta categoría entrarían las travesías de nuestra ciudad, el ambulatorio o, fuera de Barbastro, por ejemplo, la finalización de la autovía hacia Huesca.

Más bien deberíamos preguntarnos el coste para la ciudadanía y las empresas de no tener ya operativas esas infraestructuras. Siguiendo con los ejemplos. El coste en imagen de las travesías para nuestra ciudad; el coste para los enfermos de unas instalaciones desfasadas como las del ambulatorio; el coste en seguridad y tiempo por no finalizar las obras de la autovía. En definitiva, el coste por condicionar, para mal y durante tanto tiempo, la vida a las personas y empresas.

El día de la inauguración de estas infraestructuras, que esperemos sea a la mayor prontitud «electoral», deberemos preguntarnos por la responsabilidad en la planificación y ejecución de las mismas. Desgraciadamente veremos que más que una acción de buen gobierno en nuestra cuidad, de un éxito político que llenará titulares en los medios de comunicación local, es una sonrojante reparación histórica.

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