In Aragón, Barbastro, Huesca, Somontano
DESMONTANDO EL HOSPITAL DE BARBASTRO
Por Foro B21
El deterioro de la asistencia sanitaria en el sector de salud de Barbastro resulta cada vez más insostenible. El hospital que da cobertura a toda la zona oriental de la provincia está padeciendo, más que cualquier otro de la geografía aragonesa, las consecuencias de una deficiente gestión y de la calamitosa política de la Consejería de Sanidad del Gobierno de Aragón. Esta situación se viene denunciando desde hace tiempo en los medios de comunicación locales por un número elevado de usuarios que sufren demoras injustificables en su atención. Muchos médicos se lamentan en privado de la reducción de recursos en sus áreas. Una degradación en la asistencia que estalla periódicamente coincidiendo con las renuncias o bajas de especialistas, como ahora acaba de suceder en el servicio de oncología. Esta creciente desprotección sanitaria está alarmando a la ciudadanía y pone en riesgo el servicio público de calidad que merecemos los ciudadanos.
Varios motivos explican esta precaria situación de la atención sanitaria en el hospital de Barbastro, más allá del déficit de profesionales que sufre este servicio público con carácter general. La principal causa radica en la desigualdad existente entre hospitales de la misma comunidad autónoma. En nuestro caso, resulta evidente la dotación dispar de sanitarios que se da entre el hospital de Barbastro y el San Jorge de Huesca. Los números hablan de una discriminación sanitaria histórica entre los dos territorios en que se divide la atención hospitalaria provincial. Es necesario recordar que ambos hospitales cubren la asistencia de un mismo volumen de población. Estos dos sectores de salud comparten la misma gerencia, de lo que se desprende que las medidas tomadas desde la dirección no se han destinado a equilibrar los recursos disponibles entre ambos hospitales y por tanto a equiparar los resultados de la asistencia hospitalaria entre ambos territorios, sino todo lo contrario.
La manifiesta incapacidad de la gerencia para incrementar el número de sanitarios con profesionales venidos de otras partes de Aragón o del resto de España agrava esta flagrante desigualdad. Nos consta, en este sentido, que ha habido médicos de otras comunidades que, a raíz de la pandemia, han querido dar un nuevo rumbo profesional a sus vidas estableciéndose en nuestra zona y se han encontrado la puerta cerrada del hospital de Barbastro.
Sería gravísimo concluir que la situación asistencial del hospital de Barbastro obedece a criterios y decisiones extrasanitarias. Hipótesis que a la vista de los últimos episodios más que descartarse parece difícil de cuestionar. Parece como si una mano invisible estuviera alentando políticas del siguiente tipo: no contratar más plantilla en el hospital de Barbastro porque la prioridad es hacerlo en otros territorios de Aragón o concentrar la asistencia médica en la capital en aras de un fraudulento criterio de eficiencia. Estos hechos representarían un atentado contra la salud y la dignidad de nuestros conciudadanos. También una constatación (otra más) de la hipocresía con la que se conducen nuestros dirigentes en las políticas sobre el medio rural: la vertebración territorial se proclama, pero no se practica.
Sean cuales sean las razones que hay detrás de los problemas en la organización sanitaria de nuestra comunidad autónoma, el hecho irrefutable para los habitantes de Barbastro, de Monzón, de Binéfar… es que su hospital tiene muchos menos médicos, menos presupuesto económico y peor calidad en la atención que su equivalente en la capital. El silencio del equipo directivo del hospital de Barbastro sobre esta situación es absolutamente revelador y lo hace cómplice de esta injustificable desigualdad de trato.
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