Hace pocos días saltaba la noticia de una carta enviada por el alcalde de Monzón al presidente de nuestro gobierno autonómico para instarle a realizar las inversiones pendientes en un polígono industrial de su localidad. La misiva generó un respaldo mayoritario en muchos habitantes de la localidad vecina, así como indirectamente, en la nuestra. Dando a entender que más allá del partidismo preelectoral primaban los intereses de su ciudad.
La ciudad de Barbastro no debe mantenerse al margen de esta reclamación. Más allá de juegos políticos y rivalidades localistas es un hecho que el eje Barbastro-Monzón-Binéfar representa, a día de hoy, una unidad económica consolidada. Trabajadores, empresas y capitales se mueven en ambas direcciones generando un flujo de relaciones económicas de primer orden en nuestra provincia.
Por tanto, el apoyo a cualquier decisión de inversión privada, en cualquier localidad vecina, tendría que estar en la agenda de nuestro Ayuntamiento y de la sociedad civil local. Y junto a lo anterior, un respaldo decidido a aquellas infraestructuras públicas que con su realización, aquí o allá, afianza la posibilidades de un mayor desarrollo empresarial.
Hoy día pocos sectores económicos son netamente locales, la movilidad laboral es una realidad y las rentas generadas por el sector productivo un objetivo lleno de pretendientes. El buen hacer de nuestros vecinos nos beneficia a todos, de la misma manera, que sus dificultades a todos tendrían que preocupar.
Eduardo Pérez Barrau, miembro del Foro B21