Publicado en el extra de El Cruzado Aragonés de Junio 2.019
Pascual Madoz – Hablando de trenes,…
…que pasan y los que posiblemente pasarán y casi seguro que alguno deberíamos coger, creo que viene a cuento lo siguiente:
Tal como se dice «uno es de donde pace y no de donde nace», este fué el sentimiento de nuestro protagonista.
D. Pascual Madoz Ibañez nace en Pamplona, el 17 de mayo de 1806, de familia humilde; su padre compaginaba su trabajo de funcionario, con la tenencia de un estanco de venta de pólvora en la ciudad de Pamplona. Cuando nuestro personaje cuenta 8 años, el padre es destinado a Barbastro y aquí viene con toda su familia. Con el paso de los años el Padre de Madoz llegó a ser Prior de la Junta del Hospital de Barbastro y firme defensor de los interes de nuestra ciudad.
Como era de esperar estudió en los Escolapios hasta 1820. Compaginó estudios en Barbastro y la Universidad Sertoriana de Huesca. En éstas se enfrenta a los partidarios del absolutismo de Fernando VII y Madoz es encarcelado en el castillo de Monzón, después de ser capturado por el ejército de los «Cien Mil Hijos de San Luis», que vino para apoyar a Fernando VII frente a los liberales en sus ansias de restablecer el absolutismo. Fueron aproximadamente 95.062 entre franceses y voluntarios españoles; contra unos 130.000 españoles, muchos pero mal organizados.
Acabada la contienda, en 1825 acabó bachillerato de leyes en Zaragoza. Al año siguiente, cambia la matrícula de Leyes por la de Cánones, terminando sus estudios en el curso 1827-28.
Entre 1830 y 1832 se exilia a Francia, donde estudia geografía y estadística. Una vez fallecido Fernando VII y gracias a la amnistía decretada por la reina Maria Cristina de Borbón, vuelve a España y reside en Barcelona, donde a principios de 1833, ya estaba al frente de las oficinas del Diccionario geográfico universal (Barcelona, 1829-1834).
Obtiene la licenciatura en Derecho en 1834, ese año concibe ya un plan para crear un «Diccionario geográfico estadístico e histórico de España y sus posesiones de ultramar».
Es director del periódico progresista «El Catalán», de octubre a mayo de 1835.
En 1835 publica su «Reseña sobre el Clero español y examen de la naturaleza de los bienes eclesiásticos». Y este mismo año se convierte en capitán de Artillería de los Voluntarios de Isabel II y es nombrado comisario regio con carácter de gobernador militar, juez de primera instancia, subdelegado de rentas y jefe de las fuerzas del Valle de Arán.
Desde 1836 fue diputado del Congreso en varias elecciones.
En ese momento se pide que se pase la capitalidad de la provincia a Barbastro. Y que se cambie la sede episcopal de Huesca a Barbastro también, lo cual causa sorpresa en Huesca. El ayuntamiento de Roda también pide que se le devuelva la silla episcopal en ese mismo momento para no depender de Lérida.
En la historia de nuestra ciudad de 1841-43 se da la siguiente situación surrealista y se ve el ánimo luchador e inconformista de nuestros antepasados: Huesca ve discutida otra vez por Barbastro su capitalidad provincial. Al producirse en julio de 1841 el movimiento contra la política de Espartero: Huesca constituye con fecha 4 de julio su Junta Interna de Salvación, asumiendo la dirección de los acontecimientos, pero Barbastro, sin las trabas que a Huesca le supuso la guarnición local, se había manifestado ya el 2 de julio, titulándose capital del Alto Aragón y recabando la Diputación Provincial. La confusión durará más de un año y el gobierno provisional de España, llega, en noviembre de 1843, a agregar Barbastro y su partido judicial a la provincia de Zaragoza, lo que originó problemas en materia impositiva, administrativa, de quintas, etc.
Fué Madoz quién en 1843 se puso al frente de una coalición progresista de oposición a Espartero.
En 1844, Huesca y Barbastro resuelven el conflicto.
En 1850 da por concluido su maravilloso Diccionario de 16 volúmenes, conocido como «El Madoz», trás 15 años, 11 meses y 7 días de trabajos literarios. En el se recopilan magnitudes de todos las poblaciones de España por orden alfabético, así como entre otras informaciones de edificios, ruinas y posibles yacimientos arqueológicos, incluso estadísticas criminales.
» No soy yo el autor del Diccionario Geográfico, Estadístico e Histórico: esta gloria corresponde a tantos y tan distinguidos colaboradores que he tenido en todas las provincias y a los buenos amigos que han trabajado en las oficinas de mi redacción, cuyos nombres, los de aquellos y los de estos, figurarán con los de los corresponsales de Cuba, Puerto Rico y Filipinas en lugar oportuno; corresponde a todos los Gobiernos que se han sucedido desde 1836 hasta el día, porque todos sin distinción de colores políticos, han secundado noble y lealmente mis esfuerzos. «
En 1853-54, Madoz es nombrado Gobernador de Barcelona, vuelve a su escaño en las Cortes y elegido Presidente de las Constituyentes bajo el reinado de Isabel II, con personajes curiosos, como el General Narváez quien siete veces dirigió el país, y otras tantas dimitió.
Narváez lidió “toros difíciles” , y tuvo un encontronazo con Madoz, según relata D. Benito Pérez Galdós, en sus Episodios Nacionales:
» Pidieron audiencia el diputado vasco Pedro Egaña y Pascual Madoz, que aspiraban conseguir dádivas para el País Vasco y Cataluña. Fuera del despacho de Narváez se oían los gritos del General, como era su costumbre, ante los dos enviados, con sus pretenciones y privilegios. El Espadón toreaba por lo fino a Don Pedro Egaña, que venía con pretensiones vascongadas y a Don Pascual Madoz, que solicitaba privilegios para Cataluña. Al finalizar la audiencia, llamado el Ayudante de Cámara para hacerse cargo de todo el papelorio que dejaban los dos pedigúeños de gollerías, y al abrirse la puerta se oyó a Narváez, que gritaba:
– Pero ¿esto es España o la ermita de San Jarondo que hay en mi tierra, donde cada sacristán no pide más que para su santico? Ea. Caballeros, yo estoy aquí para mirar por el Padre Eterno, que es la Nación, y no por los santos vascos y catalanes. Les despidió con buena sombra y si el vasco partió cejijunto, conteniendo su enfado dentro de la cortesía, Don Pascual que es muy nervioso, chillón, rudo, francote, como cuarterón de catalán y aragonés, y de aragonés y navarro, salió con la peluca bermeja un tanto descompuesta y erizada, diciendo: General, es usted atroz, y a este paso iremos… a donde no queremos ir. «
Esto mismo sigue pasando hoy día en este bendito país.
Volvió después a su escaño de diputado, presidió las Cortes, y el 21 de enero de 1855 se le confió el Ministerio de Hacienda. Aprovechó entonces para presentar su famoso proyecto de Ley de Desamortización, y consiguió que se aprobara. (Diecinueve años después de la de Mendizábal que afectaba al clero). En ésta Ley queda patente su caracter progresista pues pretendía que propiedades que, bien no se podían vender bien se encontraban en una explotación deficiente y que eran pertenecientes a varios estamentos de la sociedad, pero sobretodo a municipios; fueran vendidas para con sus beneficios realizar obras públicas, atajar el déficit del Estado o amortizar Deuda. Incluso aún quitando propiedades a la iglesia, se les revierten: «30 millones de reales irán a la reedificación y reparación de iglesias en España» según consta en el título 3º, artículo 12. Una de las curiosidades de dicha ley es que en el artículo 2º, disposición 4ª pone: » se exceptuará de la venta las huertas y jardines pertenecientes al instituto de las Escuelas Pías » (quizá por sus recuerdos de la niñez o relación con esta institución pues parte de un discurso que dá acerca de Barbastro recuerda anecdotas agradables de su estancia en los Escolapios de Barbastro y una muestra de gratitud). El 14 de Octubre de 1856 se paralizó la aplicación de la ley y el 27 de Marzo de 1858 se restablece de nuevo, excepto para bienes del clero.
Cuando en 1851 se firmó el Concordato entre la Santa Sede por mano de Pío IX e Isabel II, según el nuevo texto desaparecía el Obispado de Barbastro y quedaban anexionados a Huesca (ésta es una guerra que ya llevaba en marcha al menos tres siglos desde las Cortes de Monzón de 1542 en la que un militar y diputado por Barbastro, Sr. Trillo, ya defendió nuestro obispado yendo nada menos que a Bruselas a ver al emperador Carlos V en 1546 para pedir la anulación de un decreto expedido por dicho emperador en esas Cortes en contra de Barbastro). Madoz se entrevista con el Nuncio, con el Ministro de Gracia y Justicia y después de muchos años, ¡sí, sí!, … ¡muchos años desde el comienzo de aquella actuación!; en el año 1953, el embajador D. Fernando María Castiella y Monseñor Tardini firmaron un nuevo Concordato por el cual Barbastro recuperó el Obispado (con Don Pedro Cantero Cuadrado al frente del mismo), junto con Ibiza y Ciudad-Rodrigo.
Madoz estaba en la cúspide del poder político, él fue el conseguidor de que Barbastro tuviera una conexión ferroviaria, a través del ramal con Selgua.
La idea primordial era hacer que el ferrocarril subiese por la provincia de Huesca desde Zaragoza en dirección Barcelona y no ir por el Ebro dejando de lado a toda esta parte de la provincia.
El Ayuntamiento le hace un homenaje y a la finalización del acto, el concejal Cándido Baselga, lee unos “ripios”, que finalizaban así:
¡cuanto es mi entusiasmo y alegría/ cuanto de un pueblo siempre a vos agradecido/ siempre por vuestra mano generosa/ Por vuestro poderoso valimiento/ Barbastro alcanzará la férrea vía/ Que tanto apetecía/ Ella a las artes les dará incremento/ Dará al c omercio vida/ y nuestra agricultura/ Hoy en marasmo existe sumergida/Alzará la cabeza/ Y será cual ha sido/ Elemento el mayor de su riqueza!
Desde 1859 es miembro del Consejo de Gobierno y Administración del Fondo de Redención y Enganches para el Servicio Militar.
En 1860 funda y dirige de la compañía de seguros de quintas «La Peninsular».
Tras la Revolución de 1868 (la «Gloriosa») fue gobernador de Madrid.
En el diario de sesiones de las cortes de 1870 dice que él mismo con ingenieros de caminos estudió la posibilidad de que el ramal de Selgua a Barbastro fuera el inicio de un trayecto que siguiera por Ainsa y atravesara Los Pirineos por su centro. El diputado por Huesca Sr. Labrador quería que el enlace de ferrocarril uniera Huesca Barbastro y Lérida y que enlazara con el mediodía francés por donde fuera, pero que se realizase. El Sr. Jimeno era otro diputado que junto con Madoz defendía a Barbastro en los inicios de una comunicación con Selgua y en unas de sus primeras intervenciones en el Congreso dijo: «Barbastro es la segunda población ó émula de la capital, una capital de extraordinaria importancia, a la cual concurren más carreteras que a ninguna de la provincia (…) y se va a quedar sin carretera a Selgua, sin tram-vía y sin ferro-carril«.
La mitad del costo de esta prueba fue pagada por el Ayuntamiento de la ciudad sin conseguir en ese momento su ejecución, por abandono del estado, que corría con la otra mitad de los gastos, porque una vez ya iniciadas las obras, el ingeniero jefe de la división de Barcelona, varió el trazado por completo sin saber los motivos y las nuevas obras no entraban en la subasta y todas las que ya se habían ejecutado no eran aprovechables. Por ello pidieron una compensación a favor del Ayuntamiento de Barbastro por la cancelación de las obras y los dispendios generados.
En esa primera intentona de conexión, perdieron en la votación 48 a 31. Pero el ramal ya estaba incluído en la Memoria del Plan General de Ferrocarriles como una linea para atravesar el Pirineo Central en el futuro.
Para hacernos una composición de lugar del tamaño poblacional, 13 años antes Barbastro (con 7.418) tenía casi el doble de habitantes que Monzón (llamado Monzón y Montes de la Cardosa hasta 1857) y Huesca (10.069) solamente un 36% mas que Barbastro. Zaragoza era sólo nueve veces mayor y era el 7% de todo Aragón (891.281). Nada que ver con hoy día.
En el fin de sus días, se opuso al gobierno provisional. Tras votar la candidatura del Duque de Aosta para el vacante trono de España, formó parte de la delegación española enviada a Florencia para ofrecerle la corona, pero en Génova le sorprendió la muerte, el 11 de diciembre de 1870 a las tres de la tarde.
Sus restos se enterraron en el Cementerio Este de Barcelona cuatro días después del asesinato del General Prim.
Aunque nunca tuvo una palabra malsonante para las autoridades del Vero, en las numerosas páginas del Diccionario dedicadas a su ciudad Barbastro, si que se entrevé un disgusto al no reconocer su dedicación en todo lo que supusiera una mejora para la ciudad que le vió crecer.
El ramal, de 19,1 km, fue inaugurado por Norte el 28 de junio de 1880. En 1970 fueron suspendidos sus últimos trenes de viajeros, y el 31 de diciembre de 1984 se decretó su cierre definitivo.
En el Cruzado Aragonés se publicó la esquela.
El periodista Luis Carandell publicó el 20 de diciembre de 1969 en la revista Triunfo una esquela con la que se daba cuenta de la muerte del tren Selgua – Barbastro, que dejó de funcionar cinco días antes.
También se hace mención a la existenacia de la línea y a la estación de Barbastro en la secuencia 103, minuto 55:18 de la película «El milagro de P. Tinto» (1998).
Por estos lares solemos no reconocer lo que hemos tenido y a veces siquiera lo que tenemos delante de nuestros ojos, sólo sabemos quejarnos en el momento que lo perdemos, y siempre suele ser mejor lo de fuera que lo de casa.
Como consta en lo escrito, en esta tierra hemos sido más audaces y hemos tenido más energía de la que ahora nos luce. Con apuestas firmes por ideas de futuro y desarrollo. Ya decía Virgilio en La Eneída: ¡ Audentis fortuna iuvat !.
Barbastro tiene una deuda inmensa son D. Pascual Madoz, y no tenemos ni una calle, ni una plaza, ningún espacio público que haga referencia a una persona tan ilustre y que tanto hizo por nuestra ciudad.
En el Centro de la UNED de Barbastro, al menos, sí le recuerdan: el Aula nº 3 tiene el nombre «Pascual Madoz».
Ahora que ya no tenemos ni estación, ni las últimas traviesas y raíles que se están desmantelando en la actualidad. Quizá podríamos rescatar algo, un trozo de vía, una maqueta de la plataforma de final de vía con el que se giraba la máquina, una de la estación, una maqueta de «La Burreta» original que está en el museo del ferrocarril de Cataluña en Vilanova y la Geltrú, algo con lo que eregir un momumento donde estaba la estación, acompañado de una placa informativa con fotos de varias épocas donde nuestros futuros ciudadanos de Barbastro y nuestros visitantes sepan, aunque en el futuro a alguno seguramente le costará creerlo, que aquí hubo, durante más de 100 años una vía de tren y una estación gracias al ilustre D. Pascual Madoz y quienes le apoyaron.
En Pamplona donde solo vivió unos 8 años tiene una calle,
… aquí al menos de momento, conservamos el obispado.
Félix Tejedor
Miembro del Foro B21