In Somontano

Recuerdo aquella película ambientada en la Segunda Guerra Mundial en el que se hablaba de salvar al Soldado Ryan. Había que encontrarlo en la inmensidad y caos que supone una guerra. Steven Spielberg hizo una gran película en las postrimerías del siglo pasado.

No es un caso paralelo. Tampoco es para hacer una película. La situación es menos grave que la de una guerra. Pero el mundo rural decae. Pueblos otrora pujantes se ven ahora decaídos. Decrepitud es lo que se respira en ciertos pueblos. A la vez que aire puro por la ausencia de actividad. Y silencio. Soledad terrible en la tercera edad.

La ciudad de Barbastro está ahí. Tiene algo más de 17.000 habitantes. Siempre ha rivalizado con Monzón a ver cual es más importante. Jamás ha mirado con recelo a Zaragoza-Capital. Huesca-Capital rivaliza con Zaragoza-Capital en el fútbol y en otras cosas. Dentro de la gran extensión que supone Aragón, el 10% del territorio nacional, sólo estamos el 3% de la población. Y tanta superficie exige población, actividad, mantenimiento….

Y nos encontramos con el Somontano de Barbastro. Antes pujante capital del vino, título que conserva con cierto olvido. Cuna del más puro reducto espiritual católico y parada obligada en las rutas marianas hacia Torreciudad y Lourdes. Antes polo comercial de asistencia obligada de toda el consumo de la redolada. Orgullo de muchos barbastrenses que recuerdan a ilustres personajes: Hnos. Argensola, General Ricardos, Escrivá de Balaguer y Felipe Sanclemente por poner algún ejemplo.

Pero la vida cambia. Hay ahora nuevos actores que se van desplegando en los alrededores de Barbastro que hacen que esta ciudad se quede quieta, parada, ortopédica diría yo. Tenemos el desafío catalán que ha atraído muchas empresas a la zona limítrofe con Lérida. Las ventas por internet despueblan comercialmente cualquier comercio local. La mejora en las comunicaciones hace que puedan venir a nuestra zona a vivir más y mejores turistas. Y en eso apoya internet.

Se vive bien en Barbastro. Tiene de todo. Tamaño de ciudad media, servicios públicos por doquier. Buenas infraestructuras. AVE no tenemos pero autovía sí. De aeropuerto carece pero no parece importarnos. Comunicaciones de alta velocidad que es lo que se lleva ahora tendrían que mejorar.
¿Y que se puede hacer por el Somontano de Barbastro? En primer lugar tomar conciencia de donde estamos y como estamos. Siendo una población orgullosa de su pasado, habrá que ir mirando hacia el futuro. Tiene que ser así, mirar hacia adelante. No podemos “criar fama y echarnos a dormir”. Habrá que pensar como hacía Kennedy: ” no pienses en lo que Barbastro puede hacer por ti, piensa en lo que puedes hacer por Barbastro”. Habrá que fomentar la autocrítica, el inconformismo por la situación actual. Habrá que pensar en grande y actuar en más pequeño. Habrá que diseñar qué modelo de ciudad nos queremos ver dentro de unos años.

¿Qué podemos hacer mientras? Desde luego el actuar de cada ciudadano diariamente es fundamental. Mejora de su patrimonio inmobiliario. Inversiones en la zona versus inversiones fuera del territorio. Gasto en la zona contra exportación de gasto. Comportamientos cívicos por parte de todos.

Desde las administraciones públicas: nos tienen que presentar un futuro, un objetivo de ciudad del que haya un consenso ciudadano. Ilusionarnos. Motivar a la población. ¿Qué queremos ser de mayores?Como nos preguntaban de pequeños. Tenemos que ser una ciudad que destaquemos por la calidad en lo agroalimentario. Por nuestro turismo religioso. Por la implantación de e-industrias. Por nuestra gastronomía de producto de cercanía. Por ser una ciudad-dormitorio de la actividad más frenética de Monzón o Binéfar, vaya plan este último… O por una mezcla de todo ello, pero hay que saber donde estamos y hacia donde queremos llegar. Porque la actividad empresarial es fundamental se asiente en Barbastro.

Y los medios para llevar a cabo todo ello: orgullo ciudadano de pertenecer a esta ciudad, conciencia autocrítica de como estamos, áreas de mejora, críticas constructivas por parte de la ciudadanía, espíritu business friendly por parte de la población para asentar nuevas empresas y otras muchas que se puedan implantar.

No he hablado de la demografía. Todos sabemos como estamos envejeciendo. Pero entiendo que si hay actividad la gente viene. Veamos prontamente como va a suceder en Binéfar con la gran incorporación de personas en la zona para las nuevas iniciativas que se están implantando mega-importantes. Está la economía creciendo y es una oportunidad. Y una amenaza el quedarse contemplativo como los demás suben y otros nos quedamos parados. Es el momento de reaccionar. Tenemos que inyectarnos optimismo e iniciativa. Buena suerte a todos. Les escribió, José Antonio Pueyo, barbastrense afincado en Zaragoza, orgulloso de su ciudad natal y preocupado de su futuro como ciudad.

José Antonio Pueyo, presidente de la Federación de Empresarios de Comercio y Servicios de Zaragoza y Provincia (ECOS)

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