SIN INVERSIONES DEL GOBIERNO DE ARAGÓN
Por Eduardo Pérez Barrau
Basta con recorrer la ciudad de Huesca para comprobar cuán beneficiados han sido los oscenses por las inversiones realizadas por los gobiernos aragonés y central. En poco más de 10 años la capital de la provincia se ha dotado de un nuevo aeropuerto, un tren de alta velocidad, una plataforma logística, nuevos edificios universitarios, y recientemente, un actualizado cuartel militar. Nada mal.
Hay que decir, también, que estas infraestructuras no han supuesto un revulsivo para la economía provincial. Siendo su escasa rentabilización económica consecuencia de la débil capacidad de monetizar, de crear empresa y riqueza del sector privado de la capital. Es decir, muchas de estas infraestructuras, al final, no han servido si no para potenciar el perfil funcionarial de Huesca en detrimento de las necesarias iniciativas privadas que completan la prosperidad de una ciudad.¡Qué diferencia con la zona oriental de la provincia donde vivimos!
La comparación del esfuerzo inversor de las administraciones públicas entre Huesca y nuestra ciudad, o entre Huesca y el eje oriental, incluyendo Monzón y Binéfar, sólo hace que constatar una desigualdad de trato y un maltrato político fuera de toda duda. El abandono inversor que sufre la zona oriental de la provincia, con una población prácticamente equivalente a la de la capital, es de tal magnitud y gravedad que pone en la picota a toda la clase política y a su acción de gobierno estos últimos años.
Todo esto viene a colación por el enésimo desplante del gobierno autonómico a los intereses de nuestra ciudad. Un día es la falta de recursos de nuestro hospital, el cual no soporta la comparación con su equivalente en Huesca. Otro día son las largas que recibe el ayuntamiento para urbanizar los terrenos del viejo cuartel militar. Otras veces es el inexplicable aplazamiento en la construcción del nuevo ambulatorio…y suma sigue.Mucho tiene que explicar el gobierno de Aragón y nuestro ayuntamiento sobre este déficit inversor y sobre cuáles son las razones políticas que sostienen estas decisiones. También por qué una zona dinámica que quiere su lugar en el contexto aragonés y en el noreste de España mendiga una atención que otros reciben. O por qué el consenso en estos temas que vemos en el pleno municipal no se traduce en reivindicaciones firmes.
Desde hace mucho tiempo el gobierno de Aragón nos está robando un futuro que otros por residir en Zaragoza o en Huesca ya disfrutan. Un ejecutivo regional que en sus declaraciones pregona la igualdad de oportunidades en el medio rural y su lucha contra la despoblación y que luego ignora las reclamaciones de igualdad de nuestra ciudad y de la zona oriental de la provincia. Un ejecutivo, en definitiva, que discrimina por el lugar de residencia en nuestra comunidad.
