SUELDOS PÚBLICOS EN EL AYUNTAMIENTO Y COMARCA
La nueva constitución del ayuntamiento y de la comarca nos ha traído como noticia destacada la aprobación de los distintos sueldos y dietas de concejales y consejeros. Una cuestión de gran actualidad que requiere una aproximación rigurosa y ponderada y una información clara y veraz por parte de las instituciones. Hay que evitar incurrir en argumentos demagógicos que, de forma muy habitual, se vuelven contra las instituciones y minan la confianza que depositan las ciudadanos en la democracia.
Vayamos por partes.
1. La democracia tiene sus costes de funcionamiento, se ejerza a nivel de Estado, de una comunidad autónoma o de un ayuntamiento como el nuestro. La asistencia a plenos o a comisiones forma parte de la actividad política municipal y debe ser retribuida en todos los casos. La duda aparece por los incrementos de las cuantías a recibir por parte de nuestros electos.
2. Estas dudas, amplificadas por las redes sociales, surgen por la ausencia de un debate previo y de una escasa pedagogía política. Explicar los motivos de las asignaciones y conocer las atribuciones y responsabilidades de cada área deberían bastar para despejar los recelos.
3. En este aspecto, es cierto que la escasa participación de la ciudadanía en la política viene a aumentar la desconfianza en la actividad pública. Y el comportamiento pasado, como en otras instituciones, no ayuda en la comprensión de esta forma de proceder.
4. Todas estas consideraciones pueden aplicarse a las retribuciones del nuevo alcalde y de los concejales. El núcleo político de nuestro ayuntamiento, el que ejerce labores ejecutivas y de gestión diaria, debe cobrar un sueldo. Una ciudad como Barbastro por su tamaño y complejidad requiere de una dedicación amplia, sino exclusiva, en muchas áreas de vital importancia.
5. Los actuales gestores provienen de la actividad privada y muchos de ellos han abandonado su trabajo habitual, o reducido de en gran medida, para dedicarse a la ciudad (a diferencia del anterior equipo gestor que obtenía su retribuciones por la pertenencia a un partido político y por la presencia en otras instituciones más allá de la localidad).
6. Más dudas recaen en la cuantía salarial y en las horas de dedicación de los concejales aprobadas en pleno. Aquí vuelve a aparecer el problema de la ausencia de información y de debate en el diseño de las responsabilidades de cada área municipal. No se puede vivir del aire pero el dinero público, para una óptima asignación, requiere de formas transparentes de fiscalización.
7. En relación a la Comarca, se ha aprobado, por amplia mayoría, la asignación a la presidencia y a una vicepresidencia de dos salarios a cargo de dicha institución. Una decisión controvertida al no haber cambios en el funcionamiento de la institución a nivel competencial ni presupuestario.
8. En la comarca existen sospechas de discrecionalidad a la hora de dotarse de emolumentos por la representación política y, solamente política, de la institución. Nada alejado de lo que sucede en otras comarcas pero que debería reformularse y redimensionarse en aras a no caer en despilfarros y amiguismos.
9. Cualquier retribución a nuestros políticos para asistencia a actos de partido debe quedar prohibida. Todo acto de un partido político es de naturaleza privada y su asistencia es en calidad de miembro del partido político y no en representación de la ciudad.
10. Toca pensar que las formas que habido a la hora de asignar(se) los sueldos públicos no han sido las correctas. Esperemos que, de todo este asunto, no surjan políticos profesionales si no profesionales que ejercen, por un tiempo, en la política. Toda retribución exige dedicación y rendimiento, las dos cosas. La clave está, como dice un amigo, en que al final la cuenta de resultados de Barbastro refleje para bien la inversión en políticos que se ha realizado.
