In Somontano

Un futuro lleno de oportunidades profesionales

María-Cruz Lascorz Collada
Profesora de la Universidad San Jorge
Tutora del Centro Asociado de la Uned de Barbastro

De un tiempo a esta parte, vengo dándole vueltas a la necesidad de estimular a
los más jóvenes y no tan jóvenes, para hacerles ver el potencial que tiene nuestro
territorio, y el futuro lleno de oportunidades profesionales que ofrece el eje oriental
de la provincia de Huesca. Desde el Somontano de Barbastro hasta el Bajo Cinca
de Fraga, pasando por el Cinca Medio de Monzón y la Litera, con municipios con
industria consolidada como Binéfar y otros núcleos emergentes como Zaidín,
Torrente de Cinca o Albelda, se ha incrementado notablemente el tejido
empresarial. El denominado “Área Económica del Cinca” está viviendo un periodo
de luces que ofrece a quienes lo escojan una verdadera estabilidad laboral frente
a las condiciones laborales de determinados empleos en algunas áreas
metropolitanas.
En la actualidad, la juventud desconoce algunas de las empresas que
operan en esta zona, las cuales, a su vez, carecen de mano de obra cualificada y
sin cualificar. Este desconocimiento por parte de los jóvenes e incluso de
personas de mediana edad hace que estos candidatos proyecten su futuro
profesional hacia otros destinos en los que se concentra buena parte de la oferta
de trabajo, como Madrid, Cataluña e incluso otros países. Por lo que, de esta
forma, se consolida tanto el “nomadismo laboral”, marcado por un cambio de
residencia por motivos de trabajo, como el “nomadismo cultural”, motivado por
una movilidad geográfica voluntaria o forzada. Además, se produce una fuga de
cerebros que frena el crecimiento económico; a pesar de contar con un sistema
educativo aragonés de calidad, capaz de formar pero con unas Instituciones y
políticas incapaces de retener el talento joven o atraer a otros candidatos con
formación. Todo ello supondrá a medio y largo plazo el incremento de la brecha
poblacional entre territorios de la “España vaciada”. Lo que, supondrá una
verdadera ruina para nuestra realidad socioeconómica, que frenará la demografía
y pondrá en riesgo la consecución de las acciones que se están desarrollando
para la vertebración del territorio.
Ante la desolación que provoca la situación descrita, me planteo qué
acciones se pueden impulsar desde las administraciones tanto autonómicas como
locales, entre las que se encuentran las diputaciones provinciales, las comarcas y
los ayuntamientos. Y cómo tales acciones deberán coordinarse juntamente con
las asociaciones de empresarios. La Administración, a pesar de acercarse al

ciudadano, sigue sin asumir su liderazgo para concretar una actuación conjunta
público-privada que se materialice en un incremento del arraigo de los jóvenes en
la zona. Como docente universitario desde hace ya una década, he podido
constatar las necesidades de los jóvenes, que tienen muchas ganas de aprender
y de trabajar. Algunos de ellos sufren lo que en Sociología se denomina “angustia
post-educativa”, al no tener acceso a esa primera oportunidad laboral después de
muchos años de esfuerzo. Y la realidad es que, aunque las tasas de desempleo
juvenil han descendido en los últimos tiempos, los datos no son comparables con
ninguno de los socios europeos de nuestro entorno.
No obstante, no son todo sombras. Ciertamente, el éxodo rural de la
postmodernidad estuvo motivado por el desarrollo del sector industrial y el de
servicios en torno a las áreas metropolitanas y su periferia. Pero, actualmente, la
globalización ha supuesto interdependencia, deslocalización, exportación y
flexibilización del mercado laboral. Además, la pandemia ha acelerado el
teletrabajo, que incluso ha sido regulado. Y esto ha incrementado el deseo de
muchos jóvenes de volver a casa.
Desde “Diálogos sobre el mercado laboral”, una iniciativa organizada por el
Foro B21 y el Centro Asociado de la UNED de Barbastro, se han concretado
numerosas propuestas que deberían ser escuchadas. El eje oriental de la
provincia altoaragonesa se encuentra en una posición geoestratégica privilegiada
y en una situación económica de paro técnico. ¿Cómo es posible que no se
aproveche esta oportunidad para atraer y retener población mediante acciones
conjuntas desde la Administración y desde las empresas? Además de buenas
iniciativas como el plan “Conócenos”, impulsado por empresarios literanos, o el
programa “Aragón retorno joven”, coordinado por el Instituto Aragonés de la

Juventud, la clave es el desarrollo de una iniciativa única de colaboración público-
privada que centralice oferta y demanda. De este modo, se logrará un arraigo

juvenil que genera riqueza y contribuye a la demografía. Y, en definitiva, frena las
terribles consecuencias de la “España vaciada” y de la “tercera España o España
intermedia”, aquella a medio camino entre la mencionada “España vaciada, que
no vacía” y la “España metropolitana”. Con más población se pueden exigir mayor
oferta de servicios y, finalmente, se cierra el círculo al recuperar el capital de
calidad invertido en educación.
Con todo, esta experiencia no sólo podría resolver la situación de nuestros
jóvenes. Además, hay quienes sufren lo que en Sociología se denomina “cierre

laboral”. Esto es, la imposibilidad de promocionar en sus puestos de trabajo.
Todos ellos verán en el eje oriental de la provincia oscense un incremento de
oportunidades en el territorio y la atracción de inversión extranjera o nacional, lo
que contribuirá, sin duda, a la salida de su zona de confort y al incremento de
nuestra productividad, que , sin duda, es lo que nos hace crecer como
profesionales y, también como personas.
Parece evidente que todos podemos contribuir a mejorar esta situación. No
sólo la Administración pública debe ofrecer soluciones, sino que debemos
preguntarnos qué es lo que cada uno de nosotros podemos hacer desde nuestra
posición. Desde la Universidad, a la que dedico gran parte de mi tiempo, me
planteo este reto cada día para con estudiantes, profesores y demás personal de
administración y servicios. Todos debemos pensar en nuestro futuro y en cómo
mejorarlo. Sigamos trabajando juntos y no por separado en un problema que es
de todos.

 

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