EL PUEYO Y LA BOQUERA
Por Eduardo Pérez Barrau, miembro del Foro B21
Mucho se pone el acento en la defensa del patrimonio material de nuestra ciudad. Y así debe ser. La sensibilidad hacia el patrimonio heredado es el cimiento donde nacen los más bellos proyectos, es símbolo de identidades colectivas y fuente de recursos turísticos.
Pero pasa desapercibido aquel otro patrimonio, social e inmaterial, que anida en nuestros mejores recuerdos o, simplemente natural, y vinculado esos lugares vividos de nuestra infancia y juventud. Me estoy refiriendo a la zona de baño de la Boquera y al entorno natural del Pueyo. Lugares enraizados, hasta hace poco, en el paisanaje local y hoy, cada vez, más olvidados.
Un triste abandono que la inercia del tiempo, poco a poco, acabará por enterrar. Lugares, todavía reconocibles sí, pero progresivamente desprovistos de ese alma que solo una sociedad que los mantiene como suyos puede otorgar.
Es posible que el Pueyo o la Boquera jamás recuperen ese pulso vital que, en determinados días y semanas, reunían a un buen número de nuestros vecinos dispuestos a celebrar la vida o la tradición. Pero es obligado preservarlos y rehabilitarlos como lo que son, espacios naturales y culturales de especial protección.
Una figura legal en forma de parque suburbano y un enlace entre ambos por sus accesos tradicionales (del tipo avenida verde ) renovaría las condiciones para su preservación y disfrute. Favoreciendo, al mismo tiempo, la creación de una infraestructura orientada a los deportes al aire libre y la necesaria conservación medioambiental.