La Cámara de Cuentas de Aragón detectó en el año 2014, a través de una auditoria, que la concesionaria del matadero, Cárnicas Barbastro, llevaba diez años gestionándolo sin contrato, ya que el mismo había finalizado en el 2004, habiendo quedado sin liquidar los cánones anuales pertinentes.
En noviembre de 2015 el Ayuntamiento, con una controvertida y ajustada votación, aprobó la extinción del contrato con la concesionaria y la reclamación del cobro de la deuda en vía ejecutiva, iniciándose un procedimiento judicial.
En diciembre de 2016 la empresa, que contaba con once trabajadores, decidió llevarse la actividad al matadero de Fraga, que en esa fecha estaba cerrado.
Al final, gran parte de la deuda reclamada por el Ayuntamiento en concepto de cánones se declaró prescrita y se fijó una indemnización por las inversiones que había realizado la concesionaria en el matadero.
En abril de este año se decidió prorrogar el contrato del servicio de matadero municipal hasta el próximo 30 de noviembre. Actualmente la matanza queda reducida a un solo día a la semana y al final se licitará de nuevo el servicio que seguramente quedará desierto, ya que este tipo de mataderos necesitan más volumen para ser rentables. Encontrar alguien que lo explote y genere actividad es muy complicado, y más con estos antecedentes.
En resumen, se ha incumplido la legalidad en materia de contratos; se han dejado de cobrar cánones, lo que deja en entredicho los sistemas de control de gestión del Ayuntamiento; se ha judicializado el problema; se ha espantado a una empresa de Barbastro y, de paso, se ha dejado un agujero en la cuentas públicas que puede cuantificarse en 100.000 € (cánones no cobrados y prescritos, indemnización y abogados). A efectos informativos esta cifra supone un 65% de la partida presupuestaria de actividades culturales o el 42% de la partida de festejos populares.
¿Conoce usted algún arrendador que se olvide durante 10 años de cobrar a su inquilino? ¿Alguno de nosotros se embarca en un procedimiento judicial sin valorar con cautela la viabilidad de la demanda y los costes de la misma? La administración de los recursos públicos requiere, al menos, del mismo celo y de la misma prudencia con la que cada ciudadano administra los propios.
Por fortuna los controles de órganos externos funcionaron, porque tampoco el papel fiscalizador de la oposición fue eficaz.
Todos nos podemos equivocar. En la vida se encadenan aciertos con algunos errores, es humano; pero en este tema son demasiados. Lo decepcionante, y por otro lado revelador, es que un asunto de tal gravedad para las arcas municipales y para el prestigio de la ciudad pueda cerrarse sin la asunción de ninguna responsabilidad y con la afirmación de que “no es el asunto del que uno puede sentirse más orgulloso” como la única muestra de autocrítica.
Aunque la actuación de la empresa concesionaria no parece tampoco que haya sido ejemplar, cuando desde la mesa redonda de presentación del Foro B21 se decía que Barbastro tenía que ser amigo de las empresas, no creemos que los participantes se refirieran a esto. En esta rocambolesca historia más que atraer empresas las hemos espantado.
FORO B21
