In Barbastro, Foro B21

¿QUÉ HACEMOS CON LOS LOCALES VACÍOS EN BARBASTRO?

Por José Antonio Pueyo, miembro del Foro B21

En el estilo de vida mediterráneo los centros urbanos tradicionalmente han sido una combinación perfecta de los ciudadanos que viven en sus domicilios y de los locales comerciales que se asientan en los bajos de las viviendas. Son ciudades paseables, amigables, las actividades comerciales y de servicios dan vida a la calle, iluminan por la noche, alegran con sus escaparates y rótulos, vigilan lo que sucede en la calle. Generan relaciones sociales. A veces se dice que el establecimiento cercano es una “extensión de la propiedad privada” porque mucha parte del tiempo lo pasamos (pasábamos) en algún establecimiento cercano a nuestra vivienda.

La irrupción de grandes centros comerciales junto con la irrupción del canal de ventas de internet para comprar está vaciando este modo de vida mediterráneo en armonía de ciudadanos con sus comercios de alrededor. Este hecho se aprecia en cualquier ciudad algo importante: calles con locales cerrados. En un observador paseo se pueden comprobar la cantidad de locales vacíos a disposición de los “emprendedores” como nos suelen decir los políticos que con muy poca inversión se pueden volver a utilizar como actividad empresarial de nuevo. Serían unos puestos de trabajo muy de proximidad, se evitarían desplazamientos hasta centros de trabajo en polígonos industriales.

Una de las razones por las que el comercio de ciudad no prospera es la inexistencia de plazas de aparcamiento en el centro: los forasteros aparcan en los comercios con parking y evitan entrar en el centro de Barbastro. Se pierden ventas y gasto en hostelería. No podrán nunca conocer nuestra gastronomía.

Pues bien, habiendo locales vacíos y necesidad de aparcar, la primera y más perentoria actuación sería habilitar locales que se utilizaran como plazas de aparcamiento o mixtas, de aparcamientos y trasteros pues como todos sabemos tenemos pisos pequeños sin trastero y sin garaje. Veo esta actuación lógica y de relativa rapidez en su ejecución. La flexibilización de los requisitos vendría por parte del Ayuntamiento.

Pero todos conocemos también que es muy difícil tener una buena calidad de vida en nuestra vivienda si no existen servicios alrededor y un entorno urbano agradable. Los locales están acotados en sus usos para destinos empresariales. Hay que cambiar los usos de estos locales para que además de garajes y trasteros se puedan reconvertir en otros destinos de uso.

Los tan cacareados “lofts” no acaban de arrancar en esta ciudad. Y sería una fórmula genial para personas jóvenes que destaquen por su estilo de vida moderno. Ideal también para el mercado de alquiler de viviendas donde la oferta no satisface a la demanda. Qué fórmula más rápida para dar acogida al colectivo de nuevos trabajadores que se van a implantar en Binéfar. Y al revés, para este público mayor que aún siendo propietarios o no de estos locales y teniendo movilidad reducida no pueden acceder a construirse su vivienda en un local sin barreras arquitectónicas. Vías como la Avenida del Cinca, como el barrio de Santa Bárbara ya tienen aceras donde conviven pisos en planta 0 con locales.

Pero todavía más, los locales pueden ejercer una función “coral” en el sentido de que cada vez hay colectivos con necesidades de reunión: iglesias de diferentes credos, asociaciones, colectivos de aficionados, empresas de coworking y otros colectivos con necesidades específicas de reunirse en un local con una infraestructura determinada. El equiparar estos locales “colectivos” a actividades similares a la hostelería en cuanto a sus requerimientos de apertura es un error.

La ciudad cambia, como también cambia su movilidad. Dicen que los más jóvenes no quieren ni obtener su carnet de conducir porque tienen alternativas. En otras ciudades hay medios de transporte de alquiler como patines, bicis y motos. Desconozco si a corto plazo estos medios de locomoción podrán implantarse en Barbastro pero estos medios de alquiler de transporte en la ciudad deberían estacionarse en locales semiabiertos para despejar de artilugios móviles las aceras y calles, mejoraría todavía más la movilidad de las vías públicas.

Las fachadas serán privadas, nadie lo dudamos, pero es la frontera entre la vía pública y el edificio privado. Deben cumplir por tanto una función hacia la sociedad de tener en perfecto estado de revista a estos locales. El evitar los grafitis, la limpieza o más aún que sirvan de soporte para informaciones públicas de utilidad, de publicidad, embellecerían el entorno. Añadiría que las desastrosas leyes españolas de infraestructuras de telecomunicaciones han enmarañado con cables todas las fachadas. Sin tener el Ayuntamiento competencias en telecomunicaciones sí que podría ordenar racionalizar este cableado que afecta sobre todo a los bajos.

Recomiendo una visita a la cercana entidad local de Benabarre: tenemos una fachada y un museo totalmente privados, una calderería y una relojería para visitar, pero que hacen una labor de animar y embellecer la calle. Hay que potenciar que la ciudadanía abra sus puertas y enseñe sus patios como hacen en localidades turísticas. El Entremuro sería un barrio mucho más bello si algún patio privado de entrada nos fuese accesible a la vista.

Y con mucho cuidado, porque ciudadanos desaprensivos hay de todo tipo, los bajos pueden destinarse al depósito de productos propios del punto limpio, es decir, un pre-punto limpio que ofertase a los ciudadanos depositar enseres y que otros los reutilizasen. Todos conocemos la imperiosa necesidad por parte de las administraciones de reducir el número de residuos sólidos y mucho me temo que no cumpliremos con las directivas europeas en esta materia de reutilización si no tenemos la práctica y la posibilidad cercana de dar una segunda vida a estos objetos reutilizables en muchos casos. A estudiar si se podrían ubicar en locales los contenedores verde-azul-amarillo que campan por doquier. No hay que escandalizarse, en la calle molestan y estorban y son un foco de inmundicias, en un local pasaría lo mismo so pena que se arbitren medidas para que la urbanidad del ciudadano esté a la altura.

Todas estas medidas añadiendo algo de discriminación fiscal de local abierto versus local cerrado harían que se dinamizase el mercado de locales, seríamos una de las primeras ciudades que nos desmarcásemos de la fealdad e inutilidad de los continuos comerciales cerrados, los ayuntamientos recaudarían por Plusvalías municipales en las compraventas, por los ICIOs en la construcción y otros tributos de actividades empresariales. Se me olvidaba decir: lo lógico sería abrir un debate sobre las actividades empresariales que no se inician en estos locales. Falta impulso empresarial, sobran locales

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