BARBASTRO, RESPUESTAS LOCALES A LA CRISIS
Por Eduardo Pérez Barrau
¿En qué situación quedará la economía de Barbastro cuando finalice la crisis sanitaria?, ¿Cuáles serán los sectores productivos más dañados?, ¿Qué capacidades tiene nuestra ciudad para superar esta crisis?, ¿Qué instrumentos tiene a su disposición el ayuntamiento para relanzar la economía?, ¿Es esta crisis una oportunidad para la ciudad o es la puntilla definitiva para el medio rural? ¿Tenemos los recursos financieros públicos necesarios para plantear una política eficaz de reconstrucción económica para la ciudad?, ¿Cómo será la participación del sector privado en la recuperación de Barbastro?, ¿Cómo se puede minimizar la destrucción de puestos de trabajo?…
Todas estas preguntas merecen una reflexión y requieren una respuesta. La precipitación de nuestra ciudad hacia una crisis económica inédita hasta hace pocas semanas nos obliga al análisis más certero, a la concertación más amplia y a la acción más eficaz. Todo ello con una dosis de responsabilidad política a la altura de la demostrada estos días por el conjunto de ciudadanos de nuestra ciudad.
Cuando despertemos de la emergencia sanitaria tendremos que hacer frente a dos crisis superpuestas. De la primera hemos dado cuenta en estas páginas desde el inicio de nuestra asociación. Es la crisis sistémica del medio rural, con el problema de la despoblación, la baja natalidad o la falta de perspectivas laborales para nuestros jóvenes, etc. Un mal que aqueja a Barbastro y a la comarca desde hace muchos años. La segunda crisis la estamos viviendo estos días en primera persona. Es, en su vertiente únicamente económica, la paralización de la actividad productiva, los problemas financieros, el desempleo y el cierre empresarial.
La combinación de ambas crisis, la primera heredada, la segunda sobrevenida, nos sitúa en una posición de riesgo de cara al futuro. Los esfuerzos políticos, que seguro se realizarán desde las distintas administraciones, tendrán por objetivo las urgencias económicas y sociales del momento. Consistirán en ayudar a aquellos sectores de nuestra ciudad más golpeados por la actual crisis. Y así debe ser.
Pero lo urgente no debe alejarnos de lo importante. Las soluciones serán meros parches coyunturales si no se abordan los problemas de fondo que persisten en Barbastro y en nuestro medio rural. ¿Puede alguien pensar, todavía, que las carencias que arrastra el desarrollo de nuestra ciudad no nos van a perjudicar ahora para salir de esta crisis? Indudablemente. ¿O que si no se ponen encima de la mesa las mejores políticas económicas al alcance de nuestras posibilidades no volveremos a caer en nuevas crisis? Claro que sí.
Dar una respuesta adecuada a esta crisis significa resolver la crisis precedente: mejorar los procedimientos, profundizar en la democracia, atacar los monopolios, profesionalizar la gestión, resolver la falta de suelo industrial, dinamizar la atracción de empresas, la vivienda… A tiempo están los nuevos gestores de nuestro ayuntamiento de no cometer los mismos errores del pasado demostrando una visión estratégica de Barbastro a la altura del desafío que nos va a tocar vivir. La misión lo requiere y Barbastro lo necesita.
