LAS CAUSAS DE LA PÉRDIDA DE TALENTO Y DE POBLACIÓN JOVEN EN BARBASTRO (2 PARTE)
Por Eduardo Perez Barrau, miembro del ForoB21
En la primera parte de este artículo se describía el talento como la fuente principal de desarrollo para la ciudad. Se insistía en el desafío que constituye la pérdida de este talento para el futuro del medio rural. Y acababa con la formulación de un par de preguntas sobre el porqué de la decisión que lleva a muchos de nuestros jóvenes a abandonar Barbastro en busca de oportunidades profesionales. En esta segunda parte del artículo buscaremos las causas que hay detrás de este hecho.
Una primera aproximación vendría de la mano de los salarios. En nuestra zona económica, bien sea en nuestra localidad o en las vecinas, los salarios que se perciben son más reducidos que en otras ciudades más grandes o con mayor atractivo empresarial. Esto tiene que ver con la ausencia de empresas innovadoras en los sectores más punteros de la economía.
Otra razón es la falta de expectativas a la hora de desarrollar una carrera profesional. En nuestra ciudad, a diferencia de los grandes centros económicos, el techo laboral al que se puede aspirar es limitado. Esto tiene que ver con el tamaño reducido de nuestras empresas. Esto significa que una vez en plantilla la capacidad de ascender en responsabilidades y, por tanto, en retribución es menor que en una gran empresa.
La causa más habitual de la emigración de talento es que el colectivo más joven, acabado su ciclo formativo, en muchos casos lejos de Barbastro, no visualiza su futuro laboral en la zona. Detrás de esta percepción existen razones reales porque muchas actividades productivas son inexistentes en la ciudad o en las comarcas vecinas. Pero en otros muchos casos la causa es el desconocimiento del tejido empresarial del territorio y de la capacidad de inserción laboral en el mismo.
Otra razón es que el talento llama al talento. Cada vez es más habitual que las empresas de un mismo sector suelan localizarse a escasos kilómetros unas de otras. Este tipo de ecosistema empresarial, propicio para la excelencia, es un imán para los mejores perfiles profesionales. En nuestra zona esta forma de comportamiento empresarial es reducido.
Por último, pero no menos relevante, es el proceso de crecimiento personal que sucede durante la juventud y que coincide con la estancia por estudios fuera de la localidad natal. Esa primera autonomía personal, esa responsabilidad adquirida y esa libertad no se disfrutan a esas edades en el lugar de origen. Ese «modus vivendi» basado en una nueva vida social y en el disfrute de una variada oferta cultural se asocia, durante esos años, con una vida de ciudad.
Esta relación de causas es común a todas las localidades, grandes o pequeñas, de nuestro territorio. Nuestra provincia genera empleo pero no de la calidad necesaria para absorber el talento que atesora. Además la inercia que existe de concentración de la actividad económica y de la riqueza en las grandes capitales retroalimenta este proceso.
En la tercera parte de este artículo se expondrán una serie de iniciativas y estrategias para revertir la fuga de talento y de población joven hacia la gran ciudad.
